Luchar contra lo cotidiano, contra lo común, contra una
forma de vida asimilada por el tiempo que la convierte en lo normal, en la
única realidad que se conoce es sin duda una lucha titánica. Cuándo durante
años, décadas y siglos la sociedad vive generación tras generación bajo unas
normas y estilos de vida eso acaba calando profundo, hasta la propia esencia del
ser, hasta casi llegar a ser algo genético. Por eso las sociedades son hijas de
su tiempo y sus
Por eso hoy en día es tan difícil luchar contra el sistema
económico imperante, contra el capitalismo, un sistema basado en el dinero como
objetivo de todo, donde este tiende a acumularse y acabar en manos de unos pocos
en detrimento de las mayorías y donde el trabajador no es dueño del fruto de su
trabajo. Este sistema, donde manda el mercado, lleva durante siglos impregnando
valores en la sociedad que lo sustentan y alinean a él, valores como la competencia,
el egoísmo, el consumismo desmedido para ser felices, la superficialidad y el egocentrismo.
Para combatir el patriarcado surge un movimiento al que se
le da el nombre de feminismo, que es la lucha por la igualdad entre hombres y
mujeres. ¿Por qué no humanismo o igualitarismo? Pues porque por un lado el
humanismo históricamente ha luchado por el conocimiento, por el desarrollo del
ser humano y sí quizás por una especie de igualdad, pero no de género, sino por
la igualdad del hombre, es decir, entre varones dejando a un lado a la mujer
generalmente, y feminismo y no igualitarismo porque aun siendo el feminismo un
igualitarismo permite visibilizar la lucha de la mujeres ante un sistema donde
son ellas las principales víctimas del patriarcado, los hombres también pueden
llegar a serlo pero en menor medida. Que quede claro, la lucha parte con las
mujeres en desigualdad frente a los hombres y el feminismo parte de eso en
busca de igualdad. Y aunque la lucha feminista ha dado frutos, la mujer hoy
como mucho ha conseguido igualdad en algunos aspectos pero no en todos y por
supuesto ninguna superioridad frente al hombre en ninguno caso. Aún queda mucho
camino para la igualdad total, que no se conseguirá hasta que se deje de
denigrar, maltratar y oprimir a las mujeres y se acaben con los estereotipos
que tratan de diferenciarnos y de crear desigualdades y hacen que ante las
mismas condiciones el hombre tenga las de ganar generalmente.
¡Mujer!, ¡hombre!, vivimos bajo unas circunstancias de injusticia,
si aún no te has unido a la lucha por la igualdad ya es hora de hacerlo.
Luchemos todos por crear una sociedad igualitaria y justa, por una sociedad solidaria
y respetuosa, por una sociedad socialista y luchemos ante todo y sobre todo por
una sociedad feminista pues sin feminismo no se puede alcanzar la igualdad.