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El fabricante danés de turbinas eólicas Vestas Win Systems se enfrenta a uno de los momentos más delicados desde su implantación en España en 1989. La apuesta de la multinacional por la provincia y la región (produce el 25% de la eólica de todo el país) con la creación de 500 empleos y una inversión de 76 millones de euros en la fábrica que abrió en Daimiel en octubre de 2008, para la construcción de palas para aerogeneradores, se ve estos días empañada por los resultados económicos que arrojó la firma en el segundo trimestre del año, con pérdidas de 119 millones de euros, frente al beneficio neto de 43 millones en el mismo periodo de 2009. Una situación económica que obligará a Vestas en los próximos meses a revisar a la baja sus previsiones para 2010 y a «realizar reajustes» en sus plantas de Daimiel, Dinamarca y Alemania.
Por el momento, y según apuntan fuentes sindicales, es la propia empresa la que se está encargando estos días de transmitir la situación directamente a los más de 500 empleados eventuales y fijos de Daimiel, con el objetivo de que no haya injerencias externas y tengan «pleno conocimiento» de lo que ocurre. La ronda informativa comenzó ayer con los trabajadores del turno de mañana y con toda probabilidad se cierre mañana con el turno de noche. Asambleas al más alto nivel, en las que, de momento, no se están poniendo sobre la mesa las medidas a adoptar en relación a la plantilla o el plan de viabilidad que se tiene pensado acometer.
No obstante, tanto UGT, con mayoría de representantes en el comité de empresa, como CCOO aseguran que la firma danesa «ha descartado que se vaya a destruir empleo indefinido» en la planta ciudadrealeña, tal y como ocurrirá en Dinamarca, donde se producirán del orden de 300 despidos, aunque «podrían no renovarse los temporales. «Sí cabe la posibilidad de que se presente un ERE temporal para ajustar la producción al mercado, del que no se conocen más detalles», desveló ayer a La Tribuna el secretario regional de la Federación de Industrias Afines (FIA-UGT), Agustín Expósito. Si bien fuentes de la plantilla afirman que ayer ya se habló en la fábrica de un ERE temporal «de 120 días» (hasta finales de este año).
El pasado martes (un día antes de que Vestas hiciera público el resumen de los últimos resultados financieros del grupo), la empresa se reunió con los representantes sindicales a nivel regional para plantearles el problema al que se enfrenta: la principal competidora de la española Ganesa tiene pérdidas (en los seis primeros meses del año obtuvo beneficios seis veces por debajo que en el mismo periodo de 2009) como víctima de una crisis que también se está cebando en Europa con las renovables, mientras que en España las eólicas se están viendo perjudicadas por el previsible «freno» de las ayudas a las solares. A todo esto se une un stock en la fábrica de Daimiel de más de 700 palas. «Evidentemente, no se puede sostener con un sobre almacenamiento así una producción semanal de alrededor de 35 palas. Son pérdidas millonarias que hay que regular», comentó a este medio Antonio Amarillo, secretario autonómico de la Federación de Industria Textil-Piel, Químicas y Afines (Fiteqa) de CCOO.
Plan de viabilidad. Ambos, Expósito y Amarillo, estuvieron presentes en la reunión con Vestas y ambos confían en que las medidas que adopte la multinacional, con mayor o menor repercusión en Daimiel, no sean traumáticas.
«Ni los trabajadores ni nosotros sabemos qué postura va a tomar la empresa porque no la ha comunicado, lo que sí nos ha asegurado es que no se van a destruir puestos fijos y que los ajustes podrían pasar por un expediente temporal del empleo para no tener que despedir a nadie y ajustar así la producía», expuso el responsable de UGT, quien aclaró que en ningún caso se ha iniciado negociación alguna con la empresa: «Vestas nos ha planteado el problema que tiene y a partir de ahí tendrá que informarnos de las soluciones que adoptará, si entre ellas está el ajuste de plantilla será cuando empezaría la negociación para velar por los trabajos de todos y cada uno de los más de 500 empleados».
Esas medidas, según la previsión de los sindicatos, llegarán en forma de plan de viabilidad «para los próximos ocho meses». En concreto, y aunque no se ha establecido fecha, Vestas ha emplazado a los representantes de los trabajadores a una reunión a principios de septiembre en la que se presentarán las posibles soluciones al descenso en las ventas.
Según la información que manejan las centrales sindicales, la rebaja de beneficios del segundo trimestre del año se debe a que los pedidos esperados desde EEUU o Alemania se han retrasado hasta finales de este año y por lo tanto no se facturarán hasta principios de 2011, ya en ese ejercicio. «Parece que a partir de marzo del próximo año las ventas se estabilizarían y se saldría del escollo financiero», apuntó Expósito. La planta daimieleña entra, por lo tanto, en un periodo de incertidumbre cuyo inicio es calificado por los responsables sindicales como una situación que, en general y según la información que les llega desde la empresa, no es «excesivamente alarmante» y que prevén que sea «coyuntural y pasajera», al estar propiciada por una ajuste natural del mercado en tiempos de crisis.
A tenor de esto, Agustín Expósito confirmó que los sindicatos no se reunirán en asamblea con los trabajadores hasta que no haya sobre la mesa un documento oficial en el que se expongan las medidas a adoptar por Vestas. «Por el momento es un problema sobre el que la firma ha asegurado que va a hacer todos los esfuerzos posibles para que no haya reducción de puestos», precisó.
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