DAIMIEl.ESEl concejal y portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Galo Sánchez Bermejo reclamó este lunes en rueda de prensa la movilización de los representantes políticos municipales a favor de los trabajadores de Vestas. Apoyándose en las diferentes subvenciones que la multinacional danesa ha recibido de la administración nacional y regional para su implantación en Daimiel -"cercanas a las 12 millones de euros"-, Sánchez Bermejo entiende que "no hubiera estado de más que en el Pleno de septiembre, en base a la moción con carácter de urgencia que presentó IU, ya se hubiese mostrada ese apoyo". A su juicio, con este respaldo, los trabajadores, y por extensión la empresa, "se darían cuenta de que su ayuntamiento está detrás de ellos a la hora de negociar" el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que vienen anunciando los sindicatos en los últimos días. Así las cosas, Sánchez Bermejo instaba a que tanto el PSOE y el PP se sumarán "a un acuerdo que, bien en una declaración institucional o pleno extraordinario,tuviera como primer punto y exigencia el mantenimiento de los puestos de trabajo actuales".
En este sentido, el concejal rojiverde rechazaba la "equidistancia" de los dos partidos mayoritarios por mostrar su apoyo a empresa y trabajadores ya que, según sus palabras, "eso es ser del Madrid y del Barça al mismo tiempo". También rechazaba que se tratará de una ingerencia puesto que "desde lo público ya se ha producido esa intermediación con una importantísima colaboración económica que se supone debe ligarse a una serie de contraprestaciones, caso -repetía- del mantenimiento del empleo en la factoría". Desde este punto de partida, Sánchez Bermejo unía esta "presión" a la otra moción que también se desestimo en sesión plenaria. "Pregúntele a los trabajadores de Vestas que estar en contra de la reforma laboral o defender que los ERE´s no puedan ser tan sencillos les va a perjudicar", indicaba. "Si a Zapatero le llega el runrún de que hay muchos municipios contrarios, algunos gobernados por miembros de su partido, a estas reformas quizá, cómo ha pasado con el recorte de la financiación a los ayuntamientos, se rectifique", concluía.
Por otra parte, el portavoz de Izquierda Unida desestimó el argumentario que la concejal de Urbanismo, Cristina Fernández de Simón contrapuso a la defensa del trayecto que su formación propone para enlazar Ciudad Real y Toledo por autovía. "Ahorrar más de 150 millones de euros, perseguir la eficiencia del dinero público es también luchar por Daimiel y no sólo ese populismo fácil que se esgrimió", objetaba. Además, criticó el "absoluto desinterés" del PP por las cuestiones medioambientales y apuntó que de llevarse a cabo la opción 4, con la habilitación del tramo Daimiel-Puerto Lápice, no se dependería de la futura construcción de la Transmanchega. "Con dos posibilidades en la quiniela, a Daimiel seguro que le tocaría el pleno al 15", simbolizaba.
En otro orden de cosas, y como asuntos que también salieron a relucir en el debate de hace siete días, Sánchez Bermejo, tras reconocer la "ágil" respuesta del concejal de Festejos, Miguel Angel Escuderos, juzgaba que "él mismo resumió su Feria cuando propuso -irónicamente- quitar el desfile, los actos religiosos y los toros". "Ahí se demuestra la imaginación que echo en falta", resaltó. Sobre la preocupación por la denuncia de los vecinos de San Isidro ante el botellón en la zona, el concejal de Izquierda Unida consideraba que se obvió ese requerimiento y que "con decir que Galo es un cínico no se soluciona nada".
Anteriormente, el integrante de la coalición local, José Manuel López pidió al equipo de Gobierno que separase en el genérico "oposición" el "nulo" trabajo de los populares de la labor de IU que, "por ejemplo, aunque hay muchos más, dotó de contenido a un pleno que podía haberse despachado en pocos minutos únicamente aprobando las fiestas locales de 2011". De cara a los comicios electorales de mayo, López aprovechó para pedir la colaboración ciudadana del programa electoral de su formación. Petición a la que Sánchez Bermejo sumó "un ejercicio de autocrítica" por la "vehemencia" de sus palabras en algunas ocasiones y que espera que no sea la tónica de los próximos meses ya que a Izquierda Unida "no le interesa el río revuelto".
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