Comunicado conjunto de las áreas federales de educación y bienestar social de IU
A
través de la representación sindical correspondiente, acabamos de
conocer el cierre del centro escolar especializado de la ONCE en
Sevilla, que cubre como zona de influencia las comunidades de Andalucía y
Extremadura.
No se trata del cese de la acción educativa de la
ONCE en su totalidad en esas demarcaciones, sino la desaparición del
centro específico que acogía en régimen de estancia completa o
transitoria a alumnos internos o no residentes que, por razones de
índole académica o sociofamiliar, no podían realizar con garantías su
escolarización en régimen integrado, que es hoy el habitual para alumnos
con ceguera o deficiencia visual grave.
Por tanto, nuestra
preocupación y sorpresa ante la medida no viene dada por no ser
partidarios de la inclusión educativa como línea de general aplicación a
estos alumnos, sino por la forma precipitada y falta de toda previsión
con que se ha adoptado.
Entendemos que la planificación educativa
ha de obedecer a razones pedagógicas y sociales que faciliten la
adecuada escolarización del alumno en condiciones objetivas para cumplir
el curriculum educativo correspondiente.
En el proceso de
inclusión educativa de las personas ciegas, existe una variedad de
casos bastante como para que hayan debido convivir durante 30 años las
dos modalidades básicas de escolarización: la integrada y la específica.
Por
más que se haya intentado avanzar hacia la plena inclusión, todavía
queda un alumnado necesitado de una cobertura especial para poder lograr
los mismos objetivos pedagógicos.
Lo cierto es que la ONCE ha
sido muy poco escrupulosa en los últimos años con esa diferencia de
ritmo de parte del alumnado y ha optado por ir cerrando centros más al
ritmo de las preferencias o conveniencias presupuestarias y de plantilla
que de una planificación educativa coherente.
Ahora le ha tocado al centro específico de Sevilla pasar por ese rodillo impropio.
Lo
que ocurre es que este colegio atendía tales necesidades educativas
especiales para al menos un tercio de la población española en esas
circunstancias. Por lo que la decisión es profundamente antisocial y
antipedagógica.
Reiteramos el carácter preferente de la inclusión
educativa, pero tan aberrante sería negar esta premisa, como no aceptar
que en determinadas condiciones debe mantenerse un programa específico.
Si el apoyo no puede cubrir con suficiencia las necesidades educativas
especiales del alumno ciego, es un error imponerlo como axioma.
Denunciamos
aquí la falta de sensibilidad social de la Dirección de la ONCE y le
exigimos cumpla con sus fines institucionales, para los que cuenta con
los recursos que le otorga el Estado mediante la concesión de sus
modalidades de juego y demás beneficios económicos.
Reclamamos de
las autoridades educativas de Andalucía y Extremadura una toma de
conciencia clara del problema y una actuación consecuente frente a los
responsables de la ONCE para lograr una rectificación de la medida.
Igualmente,
requerimos al Gobierno de España, a que ejerza su facultad de tutela
sobre la ONCE para establecer los criterios objetivos apropiados para
resolver este despropósito. En ese aspecto, Tanto la ministra Mato, como
Presidenta del Protectorado de la ONCE, como el Ministro Wert por la
materia de que se trata, están llamados a intervenir en el asunto con
celeridad y eficacia.
Finalmente, tanto los Parlamentos Andaluz y
Extremeño, como las Cortes Generales, en el primer caso por mor de las
competencias educativas, y en el segundo, debido al carácter estatal de
la ONCE, deben actuar como control de sus ejecutivos respectivos y
adoptar iniciativas conducentes a solventar este conflicto.
Sin
olvidar que además de la problemática educativa, se suscita también una
serie de despidos laborales y de traslados forzosos al personal del
centro, que implican un trauma social importante.
Por nuestra
parte, hacemos una especial indicación a nuestros parlamentarios
estatales y autonómicos y a nuestros miembros del Gobierno Andaluz a que
se movilicen en defensa de los niños y niñas con discapacidad visual y
presionen por todos los medios a su alcance para la solución adecuada
del problema, consiguiendo que se mantenga abierto el Centro específico
de la ONCE en Sevilla y se arbitren las fórmulas que faciliten su
continuidad con la corresponsabilidad de la ONCE y las administraciones
educativas competentes.
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