La Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) ha registrado en el Congreso
una proposición no de ley con la que reclama al Gobierno que acuerde con
la sociedad civil y el sector privado un Plan Nacional sobre Empresas y
Derechos Humanos que sea vinculante para todas las compañías españolas
independientemente del país donde operen, de modo que todas ellas
"cumplan el mismo estándar de derechos humanos que es aplicable" en
España.
En
la iniciativa, que recoge Europa Press y que será debatida en la
Comisión parlamentaria de Cooperación Internacional para el Desarrollo,
la coalición recuerda que la Declaración Universal de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas consagra el derecho a una "remuneración
equitativa y satisfactoria, que asegure al ciudadano y a su familia una
existencia conforme a la dignidad humana".
Un salario digno que tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de 1966 como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y
otras declaraciones internacionales consagran y amparan, pero que no se
cumple en todo el mundo ni, particularmente, en algunos sectores como
el textil, donde "la realidad de la mayoría de sus trabajadoras es la
pobreza".
EL 80% SON MUJERES
"Los salarios mínimos legales de los países productores de la industria
textil están lejos de llegar a un salario digno. Durante muchos años, la
industria textil global ha justificado la ubicación de la producción en
economías empobrecidas subrayando las oportunidades de empleo y
resaltando que las mujeres en particular se benefician de ese trabajo
--el 80% del empleo en el sector lo ocupan mujeres--", recuerda la
Izquierda Plural.
Sin embargo, añade, "la realidad refleja que las fábricas textiles no
ofrecen a las trabajadoras las ventajas económicas prometidas por la
globalización, y muchas quedan atrapadas en la pobreza" y en el "círculo
vicioso" de "salarios bajos, excesivas horas de trabajo, endeudamiento,
dependencia externa y vulnerabilidad".
Para atajar este problema, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU
respaldó en 2011 los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre las
Empresas y los Derechos Humanos, en los que se fija el deber de los
estados de proteger los derechos humanos e incluso de "establecer un
salario mínimo a un nivel de subsistencia" pero también la
responsabilidad empresarial de respetarlos y de pagar un salario acorde
con el trabajo.
RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL
Unas obligaciones que "existen más allá del cumplimiento de las leyes
nacionales, por lo que en los casos en que el estado no cumple su deber
de proteger los derechos humanos, las empresas siguen estando obligadas a
respetar el derecho a un salario digno en la cadena de suministro,
independientemente de dónde ocurra el impacto negativo, ya sea en sus
propias instalaciones o en las de sus proveedores, en las de los
proveedores de sus proveedores o respecto a las personas que trabajan
desde su hogar", según la formación.
Por eso, aunque el primer paso debe ser que las empresas adopten códigos
de conducta, "la presión a las firmas de ropa no puede ser una medida
aislada" ni se puede dejar en manos de medidas voluntarias de
responsabilidad social el límite a los abusos, sino que "los gobiernos
de los países productores y las instituciones internacionales deben
adoptar un compromiso efectivo para garantizar el cumplimiento de los
convenios fundamentales de la OIT"
"Hace falta una regulación internacional y organismos que puedan imponer
su cumplimiento y que tengan capacidad sancionadora", insiste
IU-ICV-CHA, que recuerda que la Comisión Europea (CE) ya pidió hace unos
años a los estados miembros que a lo largo de 2013 aprobaran un Plan
Nacional de Empresas y Derechos Humanos que trasladara estos principios.
Por eso, la coalición insta al Gobierno que dicho Plan, cuyo segundo
borrador se presentó en noviembre a las organizaciones de la sociedad
civil, sea "fruto del consenso", recoja los principios de "proteger,
respetar y remediar" e incluya medidas concretas para su aplicación y
difusión tanto en las administraciones públicas como en el sector
privado.
Asimismo, reclama que el plan cuente con los recursos económicos y
humanos necesarios para poder implementarlo, y que sea de obligado
cumplimiento, de modo que las empresas españolas que operan en el
extranjero "cumplan el mismo estándar de derechos humanos que el
aplicable en territorio español". Además, el Plan debería incluir
mecanismos de revisión y evaluación de sus resultados.
Fuente: www.diarioprogresista.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario