26 de diciembre de 2013

La ejemplaridad no hay que pregonarla, hay que practicarla

Cayo Lara considera que con su mensaje "el jefe del Estado da la impresión de que vive en una burbuja desde la que asiste cómodamente como espectador a la dura realidad de los ciudadanos"


Para el coordinador federal de IU “no basta con realizar afirmaciones más o menos grandilocuentes sobre la ‘asunción de exigencias de ejemplaridad y transparencia que reclama la sociedad’. La ejemplaridad no hay que predicarla sino practicarla. Resulta muy difícil que ideas así sean creíbles cuando la realidad se empeña tozudamente en demostrar todo lo contrario”

El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha valorado hoy el tradicional mensaje navideño del rey, del que destaca que “a la hora de abordar los temas concretos el jefe del Estado da la impresión de vivir en una burbuja, algo especialmente grave en estos tiempos de crisis, desde la que asiste cómodamente como espectador a la dura realidad por la que atraviesan los ciudadanos y ciudadanas de este país”.

Lara estima que “pese al intento de dar al mensaje un tono más creíble, algo que no se ha conseguido, este discurso navideño vuelve a mostrar un preocupante distanciamiento con el trágico día a día que soporta la mayoría de la sociedad, que es abordado sólo como una enumeración de titulares sobre asuntos que sólo se conocen por referencia”.

Para el máximo responsable de IU “el discurso que mantiene el jefe del Estado sigue llamando la atención un año más por su retórica y falta de ambición. Hay que lamentar especialmente que todo se reduzca a pasar de puntillas sobre los mismos problemas por todos conocidos, eso sí, evitando conscientemente señalar a sus responsables o qué causas los han provocado, en la mayoría de los casos nada difíciles de identificar”.

El coordinador federal valora que “a estas alturas no basta con realizar saludos o lanzar consejos. A los consejos se los lleva el viento y más necesarios que los saludos son las soluciones. Está claro que no es al jefe del Estado a quien le corresponde elaborar las leyes que hagan frente a estos problemas, pero sí está en su mano hacer un llamamiento nítido y serio para que se adopten las que más convengan a la mayoría social y no solamente a unos pocos”.

Cayo Lara entiende también que al jefe del Estado “se le han quedado en el tintero, un año más, aquellos asuntos que le afectan directamente a él y a la institución que representa. No basta con realizar afirmaciones más o menos grandilocuentes sobre la ‘asunción de exigencias de ejemplaridad y transparencia que reclama la sociedad’. La ejemplaridad no hay que predicarla sino practicarla. Resulta muy difícil que ideas así sean creíbles cuando la realidad y el día a día se empeñan tozudamente en demostrar todo lo contrario. Así pasó con aquella otra frase de ‘la Justicia es igual para todos’, pronto superada por la evolución de algunas investigaciones judiciales en curso”.

Otra de las cuestiones que Lara echa de menos es “que no aparece el menor atisbo de autocrítica por parte del jefe del Estado ni sobre el papel que juega la institución que encabeza ni sobre el funcionamiento de determinadas instituciones clave, todo ello cuando atravesamos uno de los peores momentos de nuestra historia reciente”.

“En todo caso –señala el coordinador federal de IU-, la monarquía ha contribuido a ahondar el preocupante descrédito que sufre la política a día de hoy. Sobre ello, al monarca sólo parece interesarle poner algunos parches para ir tirando, volver la mirada al pasado de esa Transición que tanto le gusta y de la que se siente tan protagonista y, sobre todo, pasar por alto el cada vez mayor clamor popular para abordar un proceso constituyente para cambiar el actual marco político. En este proceso debe tener cabida poder cuestionarse el actual modelo de Estado y la posibilidad de que la ciudadanía se pronuncie entre monarquía o república”.

Cayo Lara afirma que “no comparto que el jefe del Estado coincida con los que interesadamente ven señales de recuperación económica, sobre todo cuando seguimos con cerca de seis millones de parados, siguen los desahucios, aumenta la pobreza y la desigualdad, y se mantiene el expolio de los servicios públicos al que nos somete el actual partido en el Gobierno. Partiendo de ahí, únicamente coincido, como venimos defendiendo desde hace años en IU, que sólo se podrá hablar del fin de la crisis cuando los desempleados empiecen a encontrar trabajo”.

Finalmente, Lara indica que “entre las grandes y graves ausencias del mensaje está alguna referencia a la defensa de los derechos de la mujeres, especialmente vulnerables en estos tiempos de crisis y, mucho más ahora, con las imposiciones que quiere aplicar el Gobierno. También se echa de menos un mayor compromiso con la juventud, a cuyos integrantes parece que él ve muy alejados, así como algún tipo de respaldo a los millones de personas que están movilizándose por sus derechos, sean cuáles sean, y que más allá de algún colectivo muy concreto no existen para el jefe del Estado”.

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