Mientras el Gobierno de
Castilla-La Mancha restaba importancia a lo que estaba sucediendo en
Erfurt con 128 jóvenes -80 de esta región-; en Alemania estos chicos y
chicas vivían –y así siguen y seguirán al menos hasta el lunes-
hacinados en sótanos. Y lo que es aún más deplorable: con la ilusión de
un nuevo comienzo en sus vidas truncada.
Lola Santillana
Mientras el Gobierno de Castilla-La
Mancha restaba importancia a lo que estaba sucediendo en Erfurt con 128
jóvenes -80 de esta región-; en Alemania estos chicos y chicas vivían –y
así siguen y seguirán al menos hasta el lunes- hacinados en sótanos. Y
lo que es aún más deplorable: con la ilusión de un nuevo comienzo en sus
vidas truncada.
Se ha escuchado a la consejera de Empleo asegurar con la mayor desfachatez cómo iba en aumento el número de contratos para estos chicos y chicas. Pero después de sembrar con esas mentiras todos los medios de comunicación; le tocó ayer al consejero de Educación echarle morro y salir a anunciar que los contratos comenzarán a llegar la semana que viene.
No dijo, claro, que las soluciones han venido de la mano del Gobierno de Turingia, de la Cámara de Comercio de Erfurt y del sindicato CGB. La participación del Gobierno de Castilla-La Mancha ha sido nula; aunque, eso sí, tendrá que abonar las facturas del lujoso hotel donde se hospedaron sus “enviados”. Nada que ver con la odisea que han vivido y siguen viviendo los jóvenes emigrantes.
El asunto es escandaloso. Ya es triste que el Gobierno de Castilla-La Mancha, que es incapaz de generar aquí expectativas de empleo para la juventud; vendiera como una maravillosa iniciativa y una excelente gestión la marcha de 80 jóvenes de la región al extranjero, donde les esperaba un futuro laboral prometedor.
Pero es que, encima, era una estafa.
Cuando se comprobó, primero trataron de negarlo; luego mintieron y ahora tratan de escurrir cualquier responsabilidad culpando a la empresa intermediaria, al Gobierno alemán, al Servicio Público de Empleo Estatal… Sólo les falta responsabilizar a Zapatero, o a Bárcenas.
Es inaceptable que el Gobierno de Castilla-La Mancha se lave ahora las manos. No es de recibo que haya alentado, facilitado y presumido de enviar a 80 jóvenes a trabajar Alemania; cuando en realidad ni tenían garantizado el contrato y ni siquiera un alojamiento en condiciones adecuadas.
Fomentar la emigración y la precariedad laboral no es para ponerse medallas. Pero nuestro Gobierno no tuvo ni tiene reparos en aprovechar la desesperación de los jóvenes de Castilla-La Mancha, con una tasa del 63,58% (y subiendo), para animarles a emigrar; prometiéndoles formación, contratación y ayudas económicas inexistentes. Porque lo que se les ha tendido ha sido un puente movedizo hacia la incertidumbre y los abusos laborales.
Aprovecharse de la desesperación de las personas es más intolerable cuando se efectúa desde los poderes públicos. Nuestra región esta sufriendo de manera sostenida el azote del paro. A su incapacidad para afrontar este gravísimo problema, el Gobierno Cospedal añade el engaño y utilización política.
Con el mismo descaro con que anuncian constantemente la recuperación económica y de la creación de empleo; se apuntan como un éxito la emigración de 80 jóvenes y ponen en marcha con grandes alharacas programas que sólo contienen humo.
Humo, además, tóxico. Medidas “pioneras” que lo único que garantizan es la precariedad laboral, e incluso la explotación, de sus posibles “beneficiarios”.
Su última ocurrencia, el llamado programa “Empresa-Empleo”, sólo consiste en eso: en subvencionar a supuestos empresarios para que contraten en precario y se lucren aprovechándose del dinero público y de la desesperación de las decenas y decenas de miles de personas en desempleo
Lo primero que hizo el Gobierno Cospedal fue cargarse el Servicio Público de Empleo. Despidió a cerca de 200 profesionales que realizaban una tarea extraordinaria con las personas en desempleo. Doscientos orientadores y promotores de empleo comprometidos y conocedores del mercado de trabajo, de las necesidades de las empresas y de los trabajadores; capaces de ofrecer a ambas partes un servicio integral y gratuito de información, asesoramiento y encuentro.
Una vez desmantelado el servicio público de empleo, el Gobierno Cospedal lleva ya dos años y medio difundiendo mantras propagandísticos, recetas ideológicas sobre las agencias privadas de empleo, sobre “la colaboración público-privada” y sobre el emprendimiento (a la fuerza ahorcan), cuyo resultado hasta ahora había sido nulo.
Avanzando por ese camino, hemos llegado… a Erfurt.
Tirando de su recetario, con la vista puesta en vender milagros, nuestro Gobierno se embarcó en un proceso de selección de jóvenes para formación dual en Alemania.
El resultado: 80 jóvenes metidos durante semanas en unos sótanos de la ciudad alemana de Erfurt.
CCOO CLM viene advirtiéndolo desde siempre: No se puede desmantelar los servicios públicos de empleos y sustituirlos por empresas con ánimo de lucro porque estas son, entre otras, las consecuencias.
Las agencias privadas de colocación, las empresas intermediarias, la falta de recursos humanos en orientación, nos conducen a situaciones como las que están viviendo en estos momentos los jóvenes de Erfurt; mientras se facilita el negocio a desaprensivos que, como comprobamos, hay en todos sitios.
Comisiones Obreras exige al Gobierno Cospedal que deje ya de empaquetar y vender humo y fuegos fatuos y pomposos, que deje de subvencionar la precariedad laboral y de regalar el dinero público a los peores empresarios.
Que se preocupe de las personas en desempleo, de los que han agotado prestaciones y subsidios; y que dejen de expulsar de nuestra región a lo mejor que tenemos: los jóvenes.
Y la señora Casero y el señor Marín, que asuman responsabilidades. Al menos, que se lo piensen.
Se ha escuchado a la consejera de Empleo asegurar con la mayor desfachatez cómo iba en aumento el número de contratos para estos chicos y chicas. Pero después de sembrar con esas mentiras todos los medios de comunicación; le tocó ayer al consejero de Educación echarle morro y salir a anunciar que los contratos comenzarán a llegar la semana que viene.
No dijo, claro, que las soluciones han venido de la mano del Gobierno de Turingia, de la Cámara de Comercio de Erfurt y del sindicato CGB. La participación del Gobierno de Castilla-La Mancha ha sido nula; aunque, eso sí, tendrá que abonar las facturas del lujoso hotel donde se hospedaron sus “enviados”. Nada que ver con la odisea que han vivido y siguen viviendo los jóvenes emigrantes.
El asunto es escandaloso. Ya es triste que el Gobierno de Castilla-La Mancha, que es incapaz de generar aquí expectativas de empleo para la juventud; vendiera como una maravillosa iniciativa y una excelente gestión la marcha de 80 jóvenes de la región al extranjero, donde les esperaba un futuro laboral prometedor.
Pero es que, encima, era una estafa.
Cuando se comprobó, primero trataron de negarlo; luego mintieron y ahora tratan de escurrir cualquier responsabilidad culpando a la empresa intermediaria, al Gobierno alemán, al Servicio Público de Empleo Estatal… Sólo les falta responsabilizar a Zapatero, o a Bárcenas.
Es inaceptable que el Gobierno de Castilla-La Mancha se lave ahora las manos. No es de recibo que haya alentado, facilitado y presumido de enviar a 80 jóvenes a trabajar Alemania; cuando en realidad ni tenían garantizado el contrato y ni siquiera un alojamiento en condiciones adecuadas.
Fomentar la emigración y la precariedad laboral no es para ponerse medallas. Pero nuestro Gobierno no tuvo ni tiene reparos en aprovechar la desesperación de los jóvenes de Castilla-La Mancha, con una tasa del 63,58% (y subiendo), para animarles a emigrar; prometiéndoles formación, contratación y ayudas económicas inexistentes. Porque lo que se les ha tendido ha sido un puente movedizo hacia la incertidumbre y los abusos laborales.
Aprovecharse de la desesperación de las personas es más intolerable cuando se efectúa desde los poderes públicos. Nuestra región esta sufriendo de manera sostenida el azote del paro. A su incapacidad para afrontar este gravísimo problema, el Gobierno Cospedal añade el engaño y utilización política.
Con el mismo descaro con que anuncian constantemente la recuperación económica y de la creación de empleo; se apuntan como un éxito la emigración de 80 jóvenes y ponen en marcha con grandes alharacas programas que sólo contienen humo.
Humo, además, tóxico. Medidas “pioneras” que lo único que garantizan es la precariedad laboral, e incluso la explotación, de sus posibles “beneficiarios”.
Su última ocurrencia, el llamado programa “Empresa-Empleo”, sólo consiste en eso: en subvencionar a supuestos empresarios para que contraten en precario y se lucren aprovechándose del dinero público y de la desesperación de las decenas y decenas de miles de personas en desempleo
Lo primero que hizo el Gobierno Cospedal fue cargarse el Servicio Público de Empleo. Despidió a cerca de 200 profesionales que realizaban una tarea extraordinaria con las personas en desempleo. Doscientos orientadores y promotores de empleo comprometidos y conocedores del mercado de trabajo, de las necesidades de las empresas y de los trabajadores; capaces de ofrecer a ambas partes un servicio integral y gratuito de información, asesoramiento y encuentro.
Una vez desmantelado el servicio público de empleo, el Gobierno Cospedal lleva ya dos años y medio difundiendo mantras propagandísticos, recetas ideológicas sobre las agencias privadas de empleo, sobre “la colaboración público-privada” y sobre el emprendimiento (a la fuerza ahorcan), cuyo resultado hasta ahora había sido nulo.
Avanzando por ese camino, hemos llegado… a Erfurt.
Tirando de su recetario, con la vista puesta en vender milagros, nuestro Gobierno se embarcó en un proceso de selección de jóvenes para formación dual en Alemania.
El resultado: 80 jóvenes metidos durante semanas en unos sótanos de la ciudad alemana de Erfurt.
CCOO CLM viene advirtiéndolo desde siempre: No se puede desmantelar los servicios públicos de empleos y sustituirlos por empresas con ánimo de lucro porque estas son, entre otras, las consecuencias.
Las agencias privadas de colocación, las empresas intermediarias, la falta de recursos humanos en orientación, nos conducen a situaciones como las que están viviendo en estos momentos los jóvenes de Erfurt; mientras se facilita el negocio a desaprensivos que, como comprobamos, hay en todos sitios.
Comisiones Obreras exige al Gobierno Cospedal que deje ya de empaquetar y vender humo y fuegos fatuos y pomposos, que deje de subvencionar la precariedad laboral y de regalar el dinero público a los peores empresarios.
Que se preocupe de las personas en desempleo, de los que han agotado prestaciones y subsidios; y que dejen de expulsar de nuestra región a lo mejor que tenemos: los jóvenes.
Y la señora Casero y el señor Marín, que asuman responsabilidades. Al menos, que se lo piensen.
Fuente: www.castillalamancha.ccoo.es
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