El presidente portavoz, Cayo Lara, advierte durante su
intervención que la presidenta autonómica y secretaria general del PP,
María Dolores de Cospedal, quiere “sustituir la democracia
representativa por la ‘dedocracia partidista’” ya que “reducir los 53
escaños actuales a una horquilla entre 25 y 35 significa dejar las
Cortes manchegas como una mala diputación”
"Señorías, en primer lugar, quiero dar la bienvenida a los paisanos y
paisanas, aunque no sé si en esta ocasión podemos utilizar esa frase tan
socorrida de ‘cuerpo a tierra que vienen los nuestros’. Bienvenidos, en
todo caso, a este Parlamento en el que todavía nadie se ha planteado
reducir al 50% los escaños de los que estamos aquí. Quedaría hasta
decorosamente mal este Parlamento. Entre otras cosas, aquí pensamos que
todavía hay gente que cree en la democracia de todos los grupos
políticos, en la democracia representativa, porque muchos y muchas
sabemos lo que viene detrás cuando se recorta tanto la democracia y
cuando en nombre de la regeneración lo que se termina finalmente es
negando el concepto propio de la democracia.
Quienes nos hemos
pasado 15 años de nuestra vida reclamando una reforma electoral en
Castilla-La Mancha (porque a mí me parió mi madre en Castilla-La Mancha,
por tanto, hoy sí interviene un diputado de Castilla-La Mancha) que
equiparara los escaños con las demás comunidades autónomas de nuestro
nivel, no pensábamos ni en la peor de nuestras pesadillas que hoy nos
íbamos a encontrar con una propuesta de reducir a la mitad el número de
diputados aprovechando el clima de antipolítica que se ha creado
precisamente por determinados empresarios sin escrúpulos y políticos
corruptos en este país.
Reducir los 53 escaños actuales a una
horquilla entre 25 y 35 significa dejar las Cortes manchegas como una
mala diputación. Además, esta propuesta no figuraba en el programa
electoral del Partido Popular. Esta propuesta supone un atentado sin
precedentes contra la democracia representativa. ¿Considera alguien con
sentido común que es razonable que una comunidad con más de 2.000.000 de
habitantes, casi 80.000 kilómetros cuadrados, cinco provincias, más 900
ayuntamientos se pueda quedar con menos escaños que ninguna otra
comunidad autónoma de este país, incluidas las uniprovinciales?
Quieren
sustituir ustedes la democracia representativa por la ‘dedocracia
partidista’. La propuesta pretende tener menos políticos elegidos
democráticamente y más políticos fieles elegidos a dedo. La excusa del
ahorro no es creíble. Y no la utilicen más, por favor. Han incrementado
la partida de altos cargos y de los elegidos a dedo en un 60% desde
2011, pasando de 36 a 57 millones en 2013, mientras que a las Cortes,
usted lo ha dicho, le dedican sólo 8,7 millones de euros.
La
excusa del ahorro no es creíble. ¿Quién puede entender que se hayan
mantenido los diputados aproximados de ahora en otros tiempos con menor
riqueza y que hoy, con más recursos, se nos diga que no se pueden
mantener? ¿Cómo pueden hablar de ahorro cuando ya han suprimido el
sueldo a los diputados desde el principio del año? Quitar el sueldo a
los diputados es miserable, sobre todo porque se hace para subirse a la
ola de la antipolítica que han sembrado, repito, empresarios sin
escrúpulos, donantes y políticos corruptos. Estos son los que han
sembrado la ola de antipolítica en este país.
Pero no es el
ahorro el fondo de la medida, va más allá. Lo que se pretende es impedir
de facto que los asalariados y los autónomos puedan acceder a las
cortes regionales. ¿Cuánto tiempo creen ustedes que permanecerá en su
trabajo por cuenta ajena alguien que tenga que dedicar al menos dos días
por semana para atender sus deberes como diputado o diputada, ver
expedientes, reunirse con ciudadanos, agentes sociales, acudir a
comisiones de trabajo y estudio y sesiones plenarias? ¿Creen ustedes
sinceramente que un autónomo de Castilla-La Mancha va a cerrar su
negocio para acudir a reuniones parlamentarias?
Ustedes
pretenden volver al sistema censitario, esa es la verdad, para que
gobiernen sólo los que tengan recursos, los poderosos y sus peones, y
que lo hagan para velar por sus intereses que no tienen necesariamente
por qué coincidir con los intereses de la mayoría ni con los intereses
generales de la región. La reforma que proponen acentúa más el uso
partidista que se ha hecho a lo largo de la historia del sistema
electoral en Castilla-La Mancha. Eso es cierto.
Tres
presidencias han cambiado cinco veces el sistema electoral con el único
objetivo de blindar el bipartidismo en Castilla-La Mancha, cuando no de
garantizar resultados favorables al Gobierno de turno. Uno de los casos
más escandalosos fue la supresión que hizo Bono del sistema de
asignación de escaños en 1998, único en toda España, para mantener el
bipartidismo en las Cortes. Ese lo hemos sufrido directamente en la
región.
Hoy la propuesta también pretende blindar el
bipartidismo, ese mismo bipartidismo responsable de hundir la Caja de
Ahorros de Castilla-La Mancha, que ha impedido crear la comisión de
investigación anunciada por la propia presidenta, con cargos, que
algunos están hoy aquí, sancionados por el consejo, del consejo de la
caja, del PP y del PSOE; una caja que debería haber servido de
instrumento financiero para el desarrollo de la región y no para los
pelotazos especulativos de unos cuantos que terminaron arruinándola. Eso
lo sabe este país.
La propuesta también tiene otro objetivo que
se oculta, y es encajar los raquíticos escaños entre las provincias,
favoreciendo a las más proclives al Partido Popular. Eso es lo que hay
el día después, hasta el punto de que probablemente, sin mayoría
absoluta, se pueda llegar a conseguir la mayoría absoluta de
parlamentarios en las Cortes regionales. Eso, técnicamente, es posible,
porque no se entiende ni se justifica que en el mes de mayo de 2012 la
señora De Cospedal -ya se ha dicho aquí- aplicara una reforma que
aumentó el número de escaños a 53, con un lema: más diputados, más
democracia, para ahora reducirlos a la mitad. Naturalmente, ahora la
ecuación es obvia: menos diputados es menos democracia. Esa es la
auténtica cuestión.
Pretenden consolidar un bipartidismo
excluyente, quebrando los principios de igualdad, pluralismo político,
proporcionalidad y representatividad recogidos en la Constitución
española y en el Estatuto de Autonomía. Para obtener un escaño en las
Cortes de Castilla-La Mancha con esta reforma, si se aprueba, hará falta
tener en torno a un 12% de los votos en la provincia en la que decidan
asignar el mayor número de escaños -lo sabe perfectamente quien ha hecho
esta propuesta-, algo que no ocurre en ninguna otra comunidad de
España, en ningún otro ayuntamiento de España ni en este Parlamento. No
hay un déficit democrático tan potente como el que se plantea aquí en
ninguna de las instituciones de nuestro país.
Señorías, con el
exiguo número de diputados que proponen están vaciando de contenido el
Estatuto de Autonomía, porque con tan pocos diputados no se puede
legislar ni desarrollar las competencias transferidas o por transferir
en Castilla-La Mancha, y ustedes lo tienen que saber. Con esta reforma
se pretende limitar aún más el control de las Cortes al Gobierno
autonómico para que el absolutismo y la opacidad sean las únicas reglas
que imperen. Aquí no se nos presenta una reforma para mejorar la vida de
la gente en Castilla-La Mancha, sino un ‘pucherazo’ revestido de
aparente legalidad, pero este ‘pucherazo’, que viene impulsado por la
presidenta de Castilla-La Mancha, que es la secretaria general del
Partido Popular, no va a poder ocultar detrás de la supuesta austeridad
que se pretende, sus plurisueldos anteriores, lo de Bárcenas, lo de la
Gürtel, lo de la custodia de las pruebas que se han destruido para que
no se haga justicia; es la que atesoró sobresueldos y ahora se los quita
a los representantes de los ciudadanos. Pésimas credenciales trae hoy
aquí la presidenta de Castilla-La Mancha.
Señorías, si esta
reforma es la punta de lanza para reducir la democracia en todos los
parlamentos de España, se está traspasando una línea roja muy peligrosa
-y ustedes lo saben-, la línea roja de la democracia representativa
recogida en la propia Constitución española. Esta reforma no resuelve
ninguno de los problemas económicos ni sociales ni de regeneración
política y democrática de Castilla-La Mancha. Es una reforma excluyente y
antidemocrática. Mi grupo parlamentario va a rechazar la toma en
consideración de la reforma de este Estatuto de autonomía de Castilla-La
Mancha por esas razones, pero también por unas cuantas más. Viene sin
consenso de las principales fuerzas políticas de la región, viene sin
consenso del tejido social y ciudadano, incumple las propias
recomendaciones del Consejo de Estado, de este Consejo de Estado sobre
la proporcionalidad general que tienen que tener las leyes electorales
en nuestro país. Encierra, sobre todo, un peligroso discurso populista y
autoritario, y no están los tiempos para discursos populistas y
autoritarios.
Señorías, la democracia no es cara; al contrario,
la democracia no tiene precio, aunque con reformas como la que hoy se
presenta aquí la democracia parece que está de saldo en unas rebajas
vergonzosas. Si aprueban hoy esta propuesta -y tienen ustedes la
responsabilidad de hacerlo-, no apostarán por unas Cortes en Castilla-La
Mancha dignas de los hombres y mujeres de nuestra tierra, sino por
tener un chiringuito en Castilla-La Mancha en lugar de unas Cortes
regionales. En esta España, señorías, no sobra democracia, no sobran
políticos que se dedican a la política con mayúsculas. En esta España lo
que sobran -y ustedes lo saben bien y lo sabemos todos- son ‘chorizos’,
‘puertas giratorias’, empresarios sin escrúpulos, políticos corruptos y
tránsfugas.
Así que lógicamente no vamos a votar a favor de
esta iniciativa. Le pedimos al grupo parlamentario mayoritario que la
devuelva y que vengan con una propuesta de regeneración democrática de
verdad en Castilla-La Mancha para que todo el pluralismo de ese 94 % de
la gente del que se habla en esa encuesta esté representado, porque
puede estarlo en las Cortes de Castilla-La Mancha para tener dignidad
como manchegos, dignidad como pueblo y dignidad democrática para
presumir de unas Cortes democráticas. Muchas gracias, señor presidente."
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