Estamos asistiendo a uno de los momentos históricos de mayor ataque a
los derechos de las mujeres. La derecha agrede a uno de los pilares
básicos de la democracia, como es la aspiración a la que tenemos derecho
todas las personas a la libertad, a la autonomía personal, al acceso a
los recursos y a la igualdad entre todos los seres humanos.
Esta
grave regresión se manifiesta de manera categórica respecto a los
derechos de las mujeres, fruto del reforzamiento de las posiciones más
retrógradas del sistema patriarcal que, con la excusa de la crisis
económica, ve las posibilidades abiertas para deconstruir todo lo
conseguido.
El retrógrado planteamiento sobre el derecho al
aborto y a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que
representa el anteproyecto de ley que defiende el Gobierno del Partido
Popular deja al descubierto la especial saña del uso de la política
contra los derechos de las mujeres. El intento de forzar la maternidad o
que se aborte clandestina y peligrosamente es la expresión más cruenta
de la consideración patriarcal, androcéntrica y misógina del Gobierno y
de su ministro de Justicia.
La lista de normas segregadoras y
sexistas como la reforma laboral y la reciente ley de educación (LOMCE)
es abrumadora. Los recortes en sanidad y en la asistencia a la
dependencia, la provisionalidad en los empleos o la privatización de lo
público son medidas que están produciendo un impacto de género que se
traduce en el incremento de la feminización de la pobreza y la
intensificación de los valores represores de la autonomía de las
mujeres.
La asignatura de religión en la Escuela Pública y la
exclusión de la educación sexual y reproductiva de ella no sólo es
consecuencia de la injerencia del clero heredero del franquismo en las
decisiones gubernamentales, sino que pretenden instaurar el modelo ya
caduco de mujeres obedientes y sumisas.
Desde Izquierda Unida
llamamos a la ‘insurrección e insumisión feminista’ contra todo intento
de vuelta al pasado, contra todas aquellas decisiones que pretendan
mantenernos a las mujeres como seres subordinados, contra cualquier
tentativa de represión de nuestra sexualidad y contra nuestro derecho a
decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas.
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