El diputado, que estuvo el miércoles en Jerez en un acto de campaña para las Europeas, llama al voto para “evitar que Alemania nos imponga sus condiciones”, cree que el 15-M fue “una universidad política” y espera que después de las elecciones, IU pueda sentarse con Podemos para “trabajar conjuntamente, porque lo que importa es el programa, y no tanto los líderes”
Alberto Garzón (Logroño, 1985) es un
político atípico. Con tan sólo 26 años fue elegido diputado en el
Congreso tras encabezar la lista de IU por Málaga y desde entonces no ha
parado. Empezó a conocerse por su implicación con el movimiento 15-M,
que en su opinión sirvió para “repolitizar a la gente”. Ha publicado varios libros, el último en 2013: La gran estafa.
Licenciado en Economía por la Universidad de Málaga y Máster en
Economía Internacional y Desarrollo por la Universidad Complutense de
Madrid, fue investigador en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla
antes de dar el salto a la política. Desde su escaño en el Congreso
intenta ser la voz de los movimientos sociales e incluso tuitea algunas
sesiones en directo. El pasado miércoles estuvo en Jerez en un acto de
campaña de IU de cara a las Elecciones Europeas…
¿Qué le diría a la gente que no considera importantes estas elecciones?
La abstención es un problema, porque
refleja la apatía política que vivimos. Creo que lo que hay que decir de
forma muy clara es que en el espacio europeo se toman unas decisiones
que afectan a nuestra vida cotidiana: Al precio de los servicios
públicos, a las pensiones, a las prestaciones sociales o a las ayudas al
desempleo. Todo eso se toma a instancias europeas y si no participamos
nosotros y decidimos nosotros cuales son las políticas a llevar será una
minoría, influenciada por el poder económico y político, la que tome
esas decisiones. Por lo tanto se trata de participar para poder decidir.
La percepción popular es que nos gobierna Alemania de todos modos, ¿cómo rebatiría este pensamiento?
Diciendo que sin votar es como se
garantiza que tenemos que hacer lo que diga una minoría de la población,
entre ellos el poder financiero que apoya a Merkel. En cambio, si
llenáramos el Parlamento Europeo de votos de IU, que es una posición que
se enfrenta a esa lógica alemana, esa lógica contra los trabajadores de
toda Europa, pues sería mucho más difícil que Merkel hiciese lo que
quisiese. Es decir, el camino para evitar que Alemania nos imponga sus
condiciones y el gobierno alemán imponga un deterioro salarial a los
alemanes y a los españoles es precisamente votar a las políticas que se
enfrentan a esa posición.
Todos los sondeos hablan de lo mismo: Victoria de la derecha europea. A pesar de los continuos recortes no hay indicios de cambio de tendencia, ¿por qué cree que sucede eso?
Porque uno de los triunfos de la derecha
ha sido hacer creer que no hay alternativa. Y hacer creer que aunque
haya recortes y aunque haya culpables, no hay una alternativa y lo mejor
es quedarse en casa. Ese es uno de los triunfos notables, nítidos,
claros, de la derecha. Creo que lo que corresponde es impugnar ese
pensamiento, decir que no es cierto, que lo que hay que hacer es votar,
participar, porque sí hay unos caminos alternativos. Tanto PP como PSOE,
según las encuestas, caerían y mucho. Lo que ocurre es que se lo lleva
casi todo la abstención. Y eso es un diagnóstico bueno, dejar de votar
al PP y al PSOE, pero hay una asunción mala, que es dejar de votar en
general.
Hace unos días, Izquierda Plural pidió información a la Junta Electoral Central por la presencia de otros candidatos en tertulias, ¿preocupa que no se conozca lo suficiente a vuestro candidato?
Es simplemente una consulta para saber
qué opina la Junta Electoral, si se está cometiendo alguna
irregularidad. Hay muchos candidatos que son más conocidos que el
nuestro, pero nosotros entendemos que en estas elecciones lo que importa
es el programa. Naturalmente, cuanto mayor espacio mediático tengamos,
más oportunidades tendremos de que nos conozca la gente y al revés, si
no aparecemos tanto en televisión como otros, tendremos más
dificultades. En cualquier caso, es una mera anécdota. Creo que la gente
conoce lo que significa IU, conoce el programa y se trata de intentar
convencerlos para que voten al programa y no a determinados tertulianos,
que al fin y al cabo son el reflejo de un programa. Eso es lo
importante.
El camino para evitar que Alemania nos imponga sus condiciones y el gobierno alemán imponga un deterioro salarial a los alemanes y a los españoles es precisamente votar a las políticas que se enfrentan a esa posición”
¿Qué deben cambiar partidos como IU para que sean tenidos en cuenta como alternativa?
Tenemos menos medios, menos recursos
para poder mostrar nuestras verdaderas intenciones, nuestros programas,
nuestros criterios y creo que hay mucho trabajo por hacer. Mucho trabajo
que tiene que hacer IU para convencer a la mayoría de la población de
que somos un instrumento útil. Yo creo que somos un instrumento útil y
que somos una fuerza para gobernar. Pero ese mensaje es el que hay que
trasladar a la ciudadanía, a partir de los medios que tenemos, que no
son tantos. Tenemos muy poco acceso a los grandes medios de
comunicación, pero en la medida de lo posible está claro que hay que
intentarlo. Pero desde luego poniendo los pies en el suelo y sabiendo
que no es fácil.
¿Qué sensación percibe en los actos que está haciendo durante la campaña? ¿Cree que IU, tal y como indican los sondeos, aumentará considerablemente su número de votantes?
Sí, yo estoy convencido de que vamos a
subir mucho en estas elecciones. Desde luego, insuficiente para hacer lo
que queremos hacer, pero bueno, todo se va andando poco a poco. Vamos a
subir mucho, no hay ninguna duda y eso nos va a poner en una posición
de crecimiento para las siguientes elecciones, tanto autonómicas, como
municipales y generales. La gente está ilusionada, la gente ve a IU de
una forma muy diferente a como nos veía hace cinco años, cuando nos votó
nada más que el 3,7% de la población. A partir de ahí hay que trabajar
mucho.
¿Qué pasa si IU pierde escaños? ¿Habrá nueva crisis interna?
Si bajáramos habría una crisis interna
muy grave, lo que pasa es que no va a ocurrir, porque venimos de un
suelo muy bajo. Pero vamos a crecer incluso sobre las generales, que
tuvimos un 6,7%. En estas Europeas vamos a tener mucho más, me aventuro a
decir que por encima del 10%, sin duda. Entonces no va a haber crisis
de ninguna forma.
¿Cree que le iría mejor a la izquierda si aunara esfuerzos?
Sí, el propósito de IU es el que su
nombre indica, tener a la izquierda unida. Y claro, hay una constatación
también: Eso no está sucediendo ahora mismo y tenemos que trabajar por
ello. Lo que ocurre es que no siempre es fácil hacerlo y sobre todo no
es rápido ni inmediato. Vamos a hacer todo lo posible, de hecho en estas
elecciones vamos doce partidos de izquierda en nuestra candidatura, que
no es la candidatura de IU, es la candidatura de Izquierda Plural.
Integra a una serie de partidos y organizaciones que no son todas las
que podrían haber estado, desgraciadamente, pero que es sin duda la
candidatura que más aglutina.
¿Por qué no hubo acuerdo con Podemos?
Se intentó, pero Podemos tiene una
estrategia diferente, de participar en las elecciones de forma autónoma.
Creo que siguen siendo compañeros, aunque en este momento haya una
competición electoral, pero espero que después de las Elecciones
Europeas podamos sentarnos otra vez y trabajar conjuntamente porque lo
que importa es el programa, y no tanto los líderes. Lo importante es que
ese programa se pueda llevar a cabo. Creo que en ese sentido el
programa de Podemos y el de IU es ampliamente compartido.
Estamos viviendo una campaña electoral un tanto extraña, marcada por las declaraciones machistas de Arias Cañete, ¿beneficia este tipo de declaraciones al resto de partidos?
Son unas declaraciones profundamente
machistas, son declaraciones que reflejan el carácter último que tiene
este candidato del Partido Popular y probablemente de una gran parte de
la candidatura del PP. Lo que está claro es que empeora la posición y la
imagen del Partido Popular porque muestra la realidad. El PP y su
candidato no están concediendo apenas entrevistas, no están saliendo en
televisión. Se dejan llevar por la inercia de un voto fiel. No creo que
eso beneficie a ningún otro partido por definición, creo que lo que hace
es perjudicar la imagen en primer lugar de Cañete, en segundo lugar del
PP y en tercer lugar, por generalización injusta, pero que
desgraciadamente sucede, de la política en su conjunto.
El Partido Popular está haciendo una estrategia de campaña que pasa por esconder al candidato, porque consideran que así ganan más que si lo dejaran hablar, lo cual es claramente una campaña antipolítica”
¿Qué le parece que Cañete se haya negado a dar entrevistas en determinados medios?
Hay que decirlo de una forma muy clara:
Se avergüenzan del candidato. Se avergüenzan de su propia marca. El
Partido Popular es un partido que ha mandado papeletas a las casas en
sobres sin su logo. Es la primera vez que lo hace en mucho tiempo. Se
avergüenzan del Partido Popular porque saben que lo identifican con los
recortes. Lo que ocurre es que eso no significa que vayan a perder las
elecciones necesariamente, significa que están haciendo una estrategia
de campaña que pasa por esconder al candidato, porque consideran que así
ganan más de lo que podrían ganar si lo dejaran hablar, lo cual es
claramente una campaña antipolítica.
Durante los últimos días hemos escuchado decir a Soraya Sáenz de Santamaría que “hay más alegría por las calles” o a González Pons que somos “la Alemania del sur” y que “creamos 7.000 empleos al día”, ¿percibe usted esta mejoría?
Eso es no es rigor, es propaganda.
Consideran que así van a sacar muchos votos. Yo creo que la gente
reacciona negativamente ante ese tipo de discursos porque lo que se ve
en la realidad es una tasa de desempleo altísima, una situación de
miseria, pobreza y desigualdad absolutamente denigrantes y crecientes.
La gente ve que lo que se está diciendo es una barbaridad. Por lo tanto
es una propaganda que tenemos que contemplar en el campo de la
propaganda y de la mentira, de lo que es claramente un intento de
engañar.
El debate a seis emitido el pasado lunes por TVE apenas tuvo un 4% de audiencia de media, ¿demuestra esto el hartazgo de la ciudadanía respecto a la clase política?
Desde luego lo refleja, porque ocurre.
Hay una constatación: A la gente no le interesa la participación
política en las instituciones. En segundo lugar, eso ocurre por dos
cosas: Primero porque el debate está mal montado, es un debate que se
convirtió en una sucesión de monólogos con muchos tecnicismos, es decir,
profundamente aburrido para una ciudadanía no preparada para ese debate
económico y técnico. Y en segundo lugar porque son unas Elecciones
Europeas en las que no se ha permitido la participación ciudadana.
Durante mucho tiempo la UE se ha construido a espaldas de la ciudadanía.
Creo que eso es lo que hay que resolver. Pero no se resuelve no
votando, sino precisamente exigiendo que se tomen decisiones.
El debate fue cayendo poco a poco e inevitablemente en el y tú más tan característico de algunos políticos, ¿sois conscientes del rechazo que genera estas actitudes?
Desde luego que sí, lo que ocurre es que
no es lo mismo Rubalcaba o Rajoy que yo, por ejemplo. Hay políticos de
distintas clases. Y se comportan de una diferente forma, tienen
diferentes intereses y claramente el y tú más es parte de la
parafernalia que acompaña a un discurso partidista. Un discurso en el
cual se polariza todo entre dos posiciones, la del Partido Popular y la
del PSOE, y hay un gran nivel de engaño, hay un teatro. Un teatro como
era el de Cánovas y Sagasta, un teatro en el que hay dos marionetas
diciéndose el uno al otro que son muy diferentes, pero después en el
fondo no lo son. Cansa mucho. Cansa el y tú más, sobre todo porque no es un debate constructivo y entre otras cosas es profundamente falso.
Cayo Lara aboga por “no pagar los intereses” de la deuda española, que cifra en 36.590 millones al año, ¿es posible ese impago en el sistema capitalista en el que nos movemos?
En 1953, a Alemania le fue perdonada su
deuda de la guerra, precisamente por parte de países como Grecia y
países de la parte aliada, de la parte que ganó. Consideraron que si
Alemania se hubiera visto obligada a pagar la deuda nunca se hubiera
recuperado, que es precisamente lo que llevó a la II Guerra Mundial, la
imposibilidad de recuperarse de Alemania después de la I Guerra Mundial.
Una gran parte de la deuda se dejó sin cobrar, y eso permitió a
Alemania salir de la crisis, eso y los planes de inversión pública.
Entonces, ¿es posible en un sistema capitalista no pagar la deuda? No es
sólo una cuestión teórica, es que ha sucedido ya en la historia. Lo que
ocurre es que es una cuestión de poder económico y está claro que los
grandes bancos alemanes y franceses no quieren que haya un impago ni una
reestructuración, porque creen que es más importante su beneficio
privado que el sufrimiento que se está ocasionando a las familias
griegas, portuguesas y españolas, por ejemplo. Pero técnicamente se
puede, es posible y además es deseable. Nosotros no sólo no debemos
pagarla por cuestiones morales, porque no es nuestra, pero resulta que
económicamente es tan grande que no la vamos a poder pagar ni aunque
volvamos a crecer a tasas extraordinarias.
Usted empezó a ganar notoriedad con su apoyo al 15-M, cuando se ha cumplido el tercer aniversario del movimiento, ¿cree que ha perdido fuerza? ¿Para qué cree que sirvió?
Creo que sirvió para mucho. Sirvió en primer lugar para repolitizar
a la gente. Gente que había perdido la fe en la política de repente
hizo política. Porque no nos confundamos, política no es solo participar
en las elecciones, política es mucho más que eso, e implica también el
debate en la calle, implica el intercambio de conocimientos, de
proposiciones y de soluciones. Por lo tanto sirvió de universidad
política, para que la gente se implicara o se reimplicara en lo que había dejado o en lo que había perdido la esperanza. Pero también marcó una nueva forma de entender la política, que fuera más allá del bipartidismo, del y tú más.
Fue la manifestación de la frustración de la gente. Pero fue un
colectivo muy heterogéneo y por lo tanto es un movimiento social, no
podía cristalizar en un partido. Pero sin ese movimiento social y sin lo
que demandaba, reclamaba y sobre todo reflejaba, no se podría entender
la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), las Mareas, el Rodea el Congreso… Porque todos esos son hijos,
cronológicamente pero también culturalmente, de lo que fue el 15-M.
Como tal ha dejado de existir, aunque se ha quedado como aire cultural,
como elementos que hemos integrado en nuestra forma de entender la vida y
la política.
Es usted bastante asiduo a las redes sociales y varios tuits suyos han generado bastante polémica, como uno en el que definió como “ultra” a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Está claro que es de los que escribe todo lo que piensa…
Creo que en un mundo como el nuestro de
indignidad, de injusticia, de insolidariad, decir las cosas claras, como
está sucediendo en las redes sociales, es necesario. Por lo tanto
espero que todos mis tuits sean polémicos, porque lo normal es entender
que la injusticia es normal, que la insolidaridad es normal, que la
pobreza es normal. Y yo espero que sean polémicos. Unos son más
polémicos que otros. La AVT son ultras, y lo digo con todas las letras.
Lo que pasa que ultra no significa que sea gente violenta que va
lanzando cócteles molotov por la calle. Ser ultra significa defender una
posición extrema de una determinada posición política. Y en este caso
esta asociación, que está muy vinculada a la extrema derecha, pidió que
no se cumpliera el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Cuando tienes
una asociación que no defiende los derechos humanos es una asociación
ultra y en este caso, de ultra derecha. Por lo tanto hay que decirlo.
Allá cada uno con lo que quiera entender. Y es verdad que fue polémico, y
es verdad que me amenazaron de muerte. Pero no me arrepiento. Creo que
la verdad está por delante. De la misma forma que la sentencia del
Tribunal de Derechos Humanos fue polémica en toda España, porque tenemos
un discurso político contaminado que cree que los asesinos no tienen
derechos humanos. Y yo sí creo que tienen. Creo que todo el mundo tiene,
incluido el asesino más criminal, que debe pagar por todo lo que hizo,
pero tiene derechos humanos y uno de ellos fue ratificado por un
Tribunal internacional. No me alegré de la sentencia sino que me pareció
bien, me pareció una buena noticia. Porque me parecería una mala
noticia que España estuviera incumpliendo los derechos humanos.
Desde IU se critica que España sufra “las imposiciones de la troika”, que pasan por “la privatización de servicios públicos”. Sin ir más lejos, aquí en Jerez se ha privatizado recientemente la gestión del agua, ¿culpa de la troika?
Me parece una política en consonancia
con lo que exige la troika, de privatización del espacio público. En
última instancia significa desposeer a los ciudadanos de su derecho más
básico, que es el derecho al acceso a los servicios fundamentales, entre
ellos la sanidad, la educación pero también el agua. Cuando se
privatiza se provoca fundamentalmente un aumento de precio y dificulta
no sólo el acceso y la calidad, sino el propio acceso cuantitativo a
algo tan básico como es el agua. Por lo tanto es una barbaridad, una
regresión antisocial privatizar el agua.
El 15-M sirvió de universidad política; sin ese movimiento social y sin lo que demandaba no se podría entender la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, las Mareas o el Rodea el Congreso”
De hecho a principios de año hubo más de 200 cortes en la ciudad por impagos…
Es un ejemplo más de la política
antisocial y antihumana, porque los recursos son de todos. El agua no
debería ser privada. Ni el agua ni la tierra. Sin embargo estamos viendo
que hay gente que por el mero hecho de ser pobre no puede acceder al
agua, que es un bien común. Y no somos una sociedad pobre, sino que
tenemos capacidad de distribuir, capacidad de repartir, de ser
solidarios… Si no lo somos es porque hay gente interesada en quedarse
con lo que corresponde al otro.
El Gobierno central hace recortes y luego rescata bancos y autopistas y el Ayuntamiento de Jerez privatiza servicios públicos y luego realiza otros gastos superfluos, ¿no ve cierto paralelismo?
Todo esto es la materialización de
cuales son las prioridades. Y no es lo mismo las prioridades que tiene
el PP que las que tiene por ejemplo IU. A nosotros nos interesan las
cuestiones sociales, nos preocupa que haya miseria, que haya pobreza,
que haya gente que no pueda comer, que haya gente que no tenga trabajo y
que haya gente que no tenga acceso al agua. Entonces, toda la política
debería estar enfocada a solucionar eso. Para el PP esos son problemas
menores. El hecho de que la gente se quede sin vivienda es un problema
menor. Como no les afecta a ellos… Y les parece más interesante otro
tipo de política que no necesariamente tiene que ser perjudicial, pero
desde luego no creo que sea prioritaria por encima de la política de
creación de empleo o de la política de gestión del agua.
En una entrevista pasada dijo que “PP y PSOE buscarán un pacto de Estado para gobernar juntos a partir de 2015″. ¿Cree que está en riesgo el bipartidismo?
Hay varios enfoques, el primero es que Angela Merkel anteayer —el lunes— ya dijo
en una entrevista en un periódico alemán que va a haber un pacto entre
socialdemócratas y conservadores en la UE para elegir a los comisarios
europeos. Por lo tanto ese pacto ya está. Está ahí y Angela Merkel lo ha
anunciado. El PP y el PSOE han compartido grandes decisiones políticas
de envergadura que pertenecen al ámbito de los recortes, como puede ser la modificación del artículo 135 de la Constitución.
Eso ya es gran coalición, pero probablemente, si nos viéramos en el
2015 en una situación tal que ninguno de los dos partidos pudiera
gobernar con mayoría absoluta y tuviera que apoyarse en otros partidos
diferentes, vemos hay muchas voces que están buscando la gran coalición y
entre ellas la del propio Felipe González. Creo que es una hipótesis
bastante posible. A muchas voces le preocupa el ascenso de IU y de otros
partidos que no son tan controlables como el PP y el PSOE.
Fuente: www.lavozdelsur.es
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