Alexis Tsipras puede ser el próximo primer ministro de Grecia. De hecho,
si hoy se celebraran elecciones legislativas en su país, las ganaría,
según los sondeos. Estuvo a punto de hacerlo hace dos años, en las
últimas elecciones. Se quedó a sólo un punto. En la precampaña brilló
con tanta fuerza que asustó a la derecha, no sólo a la griega sino a
toda la europea. Entonces toda la derecha económica, política y
mediática se lanzó contra él. Fue una guerra sucia. Decían que si
ganaban saldrían de Europa, del Euro y que sería el caos. Era mentira.
Syriza no quería salirse de la Eurozona, sino cambiarla desde dentro,
darle la vuelta, democratizarla.
Intentaron mutilar a Syriza pero Syriza se reprodujo por todas partes
como el ejemplo de que es posible ganar por la izquierda plantando cara a
la Troika y a sus peones conservadores y socialdemócratas. Intentaron
acabaron con la imagen de Alexis y le convirtieron en la sonrisa y la
esperanza de la Europa que no se resigna a los recortes en libertades,
derechos y servicios sociales, educación y salud pública, salarios
dignos... su resplandor sobrepasó las fronteras de la península
helénica.
Alexis, con 39 años representa hoy la voz de la Izquierda Europea, la
única que planta cara a la troika y quiere refundar Europa para
devolverle la democracia y poner la economía al servicio de las personas
en lugar de los bancos. El primer punto de su agenda es acabar con la
austeridad y los memorandums. También la celebración de una
Conferencia Europea de la deuda donde plantear el no pago de la deuda
ilegítima, la reorganización democrática de las instituciones europeas y
acabar con la economía de casino que empobrece precipitadamente a los
trabajadores.
Dice que el neoliberalismo no es invencible, que sólo es el resultado de
la correlación de fuerzas del momento, y que cuando la correlación de
fuerzas cambie, la economía política cambiará. Para ello pide el voto a
la Izquierda Europea, en un momento crucial para poder cambiar de
política y no sucumbir en el abismo al que conduce la austeridad.
Mundo Obrero: El pasado mes de diciembre, el Partido de la
Izquierda Europea, en su congreso, y tras un profundo debate, decidió
presentar un candidato a la Presidencia de la Comisión Europea. El 84%
de los delegados le dió la responsabilidad de hacerlo con el objetivo de
otorgar una voz fuerte en Europa a la alternativa para acabar con las
políticas de austeridad. ¿Cómo valora el trabajo realizado en este
sentido durante los últimos meses?
Alexis Tsipras: No he centrado mi pre-campaña electoral en los
estudios de televisión. Tampoco sermoneo a la gente a puerta cerrada.
Durante estos últimos cinco meses he tenido la oportunidad de hablar con
los hombres y mujeres de la calle de múltiples ciudades pequeñas y
grandes de Europa y estoy seguro de que el mensaje de esperanza y de
cambio de la izquierda europea ha llegado. También estoy seguro que la
gente ya sabe que hay una alternativa creíble a la Europa neoliberal de
Angela Merkel. Ahora saben que la izquierda europea presenta políticas
alternativas realistas para satisfacer las necesidades de la Europa del
siglo XXI. Todos ellos tienen clara conciencia de que el 25 de mayo
vamos a votar por nuestras vidas.
M.O.: Estamos en una encrucijada crítica para decidir cuál será
el futuro para la gente en Europa, en qué condiciones sobreviviremos
después de la crisis y cómo será la política social, económica y
ambiental para los próximos 5 años. En este contexto, ¿qué mensaje
tienes para los 400 millones de europeos que tienen derecho a votar el
25 de mayo?
A.T.: Todos deben participar en las elecciones de mayo. No
deberían dejar que los demás voten por ellos. En particular, todas las
personas que quieren terminar con la austeridad ahora deben ir y votar
claramente contra la austeridad. Y la forma de hacerlo es votar a la
Izquierda Europea. Estas elecciones son únicas. Son un referéndum sobre
nuestras vidas. Por primera vez los resultados son cruciales para
Europa, para nuestros países y para todos y cada uno de nosotros.
Nuestro voto afectará al porvenir no sólo de cada uno de nuestros países
por separado, sino a todo el continente. Esta vez podemos conseguirlo. Y
es urgente hacerlo. Es urgente hacer retroceder el neoliberalismo y la
Europa alemana. Hacer que la política de la señora Merkel sea
minoritaria en Europa. Aislarla políticamente. Derrotarla. Acabar con la
austeridad para recuperar la democracia. Recuperar Europa.
Europa está en una coyuntura histórica. O continuamos con la austeridad,
el desempleo y la pobreza por muchos años, con menos democracia, o
cambiamos el rumbo fomentando el crecimiento, la justicia y el trabajo
decente. Con más democracia. Por eso el dilema al que nos enfrentamos el
día de las elecciones en toda Europa es claro: con la izquierda o con
la austeridad. Con la izquierda o con Merkel. En las elecciones de este
mes de mayo, o aquellos que son responsables de la crisis son derrotados
y el marco institucional de la austeridad es definitivamente anulado, o
serán capaces de continuar, como si nada hubiera pasado en Europa en
los cuatro últimos años; continuarán con mentiras y evasiones, matando
tanto a los pueblos como al futuro de Europa.
Para quienes rechazan la austeridad y quieren un futuro mejor, para
quienes quieren esperanza para sí y para sus familias, quienes desean
trabajos y prosperidad, la Izquierda Europea marca el futuro.
M.O.: Si el principal objetivo del Partido de la Izquierda
Europea es refundar Europa, ¿por dónde empezar y cuáles son las claves
del cambio?
A.T.: Para poder cambiar Europa, lo primero que tenemos que
cambiar es el balance de fuerzas políticas en Europa. Depende de los
ciudadanos europeos hacerlo o no con su voto en los próximos días.
Europa debería girar a la izquierda, con un voto fuerte a la Izquierda
Europea. Deberíamos hacer de 2014 el año del cambio. Entonces habrá dos
claves para lograr ese cambio: la primera, el fin inmediato de la
austeridad y los memorandos; y la segunda, la gradual reorganización
democrática de las instituciones europeas, asegurando la participación
ciudadana en las decisiones que les conciernen, con el fin de abordar el
llamado "déficit democrático".
M.O.: Dice que la austeridad no funciona, pero sí que funcionó
muy bien para la llamada "economía de casino" que, según ha declarado en
otras ocasiones, aprovechó las crisis para enriquecerse aún más sacando
beneficio de la reducción de los costes laborales y la privatización y
venta de los recursos públicos. ¿Cómo vas a luchar contra los poderosos
mercados financieros que gobiernan el mundo sin pasar por las urnas?
A.T.: El poder de los mercados financieros es derivado y es
político, en el sentido de que es el establishment político europeo
quien les ha permitido ese poder. En el contexto de "laissez-faire" el
neoliberalismo retiró todas las formas de control directo e indirecto de
su funcionamiento y permite que el sistema bancario se alimente con
productos financieros de liquidez. Los conservadores, los liberales y
los socialdemócratas, decidieron que la democracia responda a los
mercados y no al revés. Es una opción política neoliberal. El
capitalismo de casino se puede contener a nivel europeo. Pero para
lograrlo, primero debemos invertir el equilibrio de fuerzas políticas en
Europa a favor de la Izquierda Europea.
Eso nos permitiría plantear nuestras propuestas políticas. Por ejemplo,
una "Ley Glass-Steagall Europea", que es central en nuestro programa.
Contendría por sí misma el capitalismo del casino en Europa, ya que se
separarían las actividades bancarias comerciales de las inversoras,
prevendría una combinación tan peligrosa de riesgos en una entidad
incontrolada y reduciría el compromiso de los bancos comerciales en
valores y otras actividades del producto financiero.
M.O.: Cuál es vuestro proyecto para crear empleo para los 27
millones de europeos que buscan trabajo, especialmente los jóvenes, con
índices de desempleo que alcanzan el 60% en Grecia y en España?
A.T.: El primer paso imprescindible e inmediato sería acabar
con la austeridad e introducir una política orientada a la demanda
interna, centrada en el incremento de los salarios, y por tanto en la
capacidad de consumo de las clases bajas y medias. Un paso paralelo
sería el llamado “New Deal Europeo”. Es un plan europeo de,
inicialmente, inversión pública en las áreas de educación, investigación
e innovación, nuevas tecnologías e infraestructura con una fuerte y
marcada financiación europea. Daremos prioridad a la reactivación
coordinada de las economías europeas para que Europa deje de girar
alrededor de la trampa de la recesión, estancamiento y crecimiento
anémico, y crear altos niveles de empleo.
M.O.: El Partido de la Izquierda Europea ha pedido la
celebración de una Convención Europea sobre la deuda y la inversión
pública con el fin de resolver el problema de la deudas de los países
con más dificultades, igual que se hizo con Alemania en 1953, como un
primer paso hacia la recuperación económica. ¿Cuáles son las propuestas?
A.T.: Nuestro plan político para gestionar eficazmente el
sobreendeudamiento de la Zona Euro, de manera creíble y definitiva se
basa en tres pilares: el primero, acabar con la austeridad. Porque la
austeridad alimenta la proporción de deuda en relación al PIB. Por lo
tanto, necesitamos un cambio en la política para lograr un crecimiento
equilibrado y viable. Pero el crecimiento no aparecerá en cuanto termine
la austeridad. Por lo tanto, el segundo pilar es el “New Deal europeo"
que he mencionado antes. Y, en paralelo, el tercer pilar es la
"Conferencia Europea de la deuda" para lidiar con el volumen de deuda
per se.
Eso podría implicar una variedad de posibles soluciones específicas para
cada país, incluyendo la amortización de una parte significativa del
valor nominal, con una "cláusula de crecimiento" para el reembolso de la
parte restante, monetización parcial de la deuda por el Banco Central
Europeo, la moratoria en el pago de la deuda, etc.
M.O.: También insistís en la necesidad de construir las alianzas
sociales y políticas más amplias posible. ¿Cómo va este proceso?
A.T.: Cambiar Europa es una tarea de proporciones históricas
que requiere la participación más amplia posible de las fuerzas sociales
y políticas. Esto no ocurrirá de la noche a la mañana. Este es un
proceso que requiere cambios económicos y políticos inmediatos y
reformas paso a paso para desmantelar la estructura neoliberal de
gobernanza económica de la eurozona que la Sra. Merkel y sus aliados
políticos han ido acumulando durante los años de la crisis. Por ejemplo,
la necesaria cancelación del denominado pacto fiscal europeo, que al
haber sido ratificado ya sea por referéndum o mediante un procedimiento
parlamentario, no puede cambiarse de un día para otro.
No es ninguna coincidencia que Grecia, que desde el mayo de 2010 ha sido
un conejillo de indias para las prescripciones de la política
neoliberal de la Unión Europea y en consecuencia, una ficha de dominó
negativa en el sur europeo, se podría convertir ahora, con un gobierno
SYRIZA, en una ficha inversa, positiva, que recorra Europa, la fuente
del final de la austeridad y el inicio del cambio democrático. Por eso
es por lo que el voto a la Izquierda Europea es el voto al futuro
democrático de Europa. Y para lograrlo tenemos que cambiar el poder
político en Europa. El neoliberalismo no es invencible. Es sólo el
producto de una opción política que corresponde al balance de fuerzas en
un momento concreto de la historia de Europa. Debe su longevidad, como
el paradigma económico actual, principalmente a los socialdemócratas,
que, a mediados de los años 1990, adoptaron la estrategia política de
aceptar completamente sus principios y objetivos políticos.
M.O.: Una decisión de gran trascendencia que se tomará durante
la próxima legislatura Europea es la aprobación o no del acuerdo de
comercio e inversión transatlántico, entre
Estados Unidos y la Unión Europea que determinará profundamente
nuestras vidas, la economía y la propia democracia. El PIE tiene una
posición muy fuerte contra el Tratado. ¿Cuáles son los puntos más
peligrosos de este acuerdo?
A.T.: La Izquierda Europea nunca aceptará un acuerdo comercial
que se suma a la carrera a la baja en lo social, laboral, seguridad y
salud y las normas medioambientales, que está generalmente implícita en
los acuerdos comerciales, una carrera hacia la reducción de la
democracia. Nunca aceptaremos un acuerdo comercial que permite a las
empresas privadas promulgar procedimientos legales contra los gobiernos
nacionales en el caso de un cambio en la economía o la política de
inversión que consideren perjudiciales para sus intereses. Esto no tiene
precedente y es absolutamente intolerable.
M.O.: En una conferencia de prensa, dijo que el día anterior
prefirió ver el partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona en
lugar del debate televisado entre Schulz y Juncker, porque al menos los
futbolistas tenían un verdadero juego en el campo. ¿Cómo definiría a
los dos candidatos a la presidencia de la Comisión Europea de la
socialdemocracia y la derecha, Schulz y Juncker?
A.T.: Mis comentarios sólo son políticos. En mi opinión, el Sr.
Juncker y Sr. Schultz son políticamente complementarios. A pesar de sus
diferencias, son parte del mismo consenso neoliberal. Por eso consumen
el período preelectoral con generalidades y deseos, ocultando su
verdadero programa común de austeridad.
Fuente: www.mundoobrero.es
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