Isaac Rosa – Comité de Apoyo de ATTAC España
Tan
preocupado está el PSOE con que los electores lo confundan con el PP,
que se ve obligado a explicarnos las diferencias entre ambos. Por ahora
han hecho una web con carteles clarificadores, pero si eso tampoco les funciona, no descarto que utilicen recursos más didácticos.
¿Son o no son lo mismo PSOE y PP? Dejemos de lado el lugar común del bipartidismo, la coña de PPSOE y las rimas de manifestación, y vayamos a los hechos. ¿Son lo mismo?
La
primera respuesta suele ser: sí, son lo mismo, porque tienen la misma
política económica, votan juntos las decisiones de Estado, van de la
mano en Europa, los dos han hecho reformas laborales y de pensiones,
acordaron el artículo 135, comparten responsabilidad en la burbuja y en
las cajas de ahorro, y todos los etcéteras que quieran.
Pero
quitando esas minucias, ¿son lo mismo? Le pregunto a un amigo votante
socialista, y me lo explica: “No, hombre, cómo vamos a ser lo mismo.
Ellos son de derecha y nosotros no. Puede que haya algunas coincidencias
en temas económicos, pero a partir de ahí, todo diferencias. Por
ejemplo, en derechos y libertades. Somos el día y la noche.”
Y
tiene mi razón mi amigo. Esto es como el juego de las diferencias, ese
que tanto gusta a los niños. Ves dos dibujos que parecen idénticos, pero
tienes que encontrar las siete diferencias. Fíjate bien, y ya verás que
no son iguales, que este tiene un botón menos, aquel una flor de más, a
este no le han dibujado cejas, y así hasta siete diferencias que te
demuestran que no son lo mismo. Pues entre PSOE y PP, más o menos igual.
Parecen el mismo dibujo, pero mira con atención y verás que no, que hay
diferencias.
No son lo mismo en derechos sociales, tiene razón mi
amigo. No hay más que ver lo que pasa con la vivienda: los desahucios
llegaron con el PP, que con el PSOE nadie perdía su casa. O en materia
de inmigración: CIE, concertinas, vuelos de deportación, son también un
invento del PP.
Seguimos mirando, y nuevas diferencias: la iglesia
católica. El PP es el partido de los obispos, mientras que el laico
PSOE les quitó durante su gobierno los privilegios fiscales, suprimió la
casilla del IRPF, sacó la religión de los colegios públicos, evitó la
inmatriculación de templos, denunció el concordato.
Otra más:
memoria histórica. El PP es franquista, y el PSOE tiene pasado
republicano y antifranquista. Y por eso, gracias a sus años de gobierno,
ya no queda ni un fusilado en las cunetas, ni una calle de nombre
franquista, ni hay víctimas buscando justicia en otros países. Por no
hablar del Valle de los Caídos, que el PP volvió a convertir en mausoleo
franquista nada más llegar, después de que el PSOE hiciese un centro de
interpretación.
En relación con la anterior, hay que recordar que
el PP es monárquico y el PSOE republicano. Y no hace falta que añada
más: cualquiera tiene presente las muchas pruebas del republicanismo del
PSOE. Y lo mismo con el modelo de Estado. El PSOE demuestra con hechos
su alma federal, mientras el PP es centralista. Ah, y la política
internacional. El PP siempre ha sido un perrito faldero de EEUU, no como
el PSOE, que sigue empeñado en sacarnos de esa OTAN que “de entrada,
no”.
“Vale, vale”, dice mi amigo, mosqueado ante mi sarcasmo.
“Puede que el PSOE no haya hecho bastante por diferenciarse, pero piensa
en el tema del aborto o el matrimonio homosexual. ¿Ves como no somos lo
mismo?”
Y tiene razón: PSOE y PP no son lo mismo. Como no son lo
mismo republicanos y demócratas en Estados Unidos, ni laboristas y
tories en el Reino Unido, ni Juncker y Schulz en Europa. Si fueran lo
mismo, exactamente lo mismo, no funcionaría el bipartidismo, ni sería
posible un gobierno de coalición que hoy los socialistas evitan como el
abrazo del oso, pero que ya veremos mañana.
Cuando vean a los candidatos en el debate, fíjense bien, ya verán como encuentran diferencias.
Fuente: www.attac.es
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