¿Es la prestación por desempleo española “generosa”, tal y como
señalan numerosos representantes empresariales, o se queda corta? Esta
pregunta no es de fácil respuesta, máxime si comparamos los sistemas de
protección español y de otros países europeos. La cuantía de las
prestaciones se sitúa en la media muy por debajo de las de los países
del Norte y bastante por encima de los Estados miembro de más reciente
adhesión. Con el tiempo que dura la prestación sucede lo mismo. Hay
países en peor situación. Pero…
Pero las características del mercado
laboral español han propiciado que nuestro país se haya convertido en el
líder europeo en número de desempleados sin ningún tipo de prestación.
Primero porque la tasa de paro, del 25,9% según la última EPA, y del 25,3% según los datos más recientes de Eurostat,
es la segunda más elevada de toda la Unión Europea (solo Grecia va por
delante). Otros Estados miembros en situación delicada, como Croacia
(tasa de paro del 17%) o Portugal (15,4%), no presentan ni de lejos las
tasas de España o Grecia. Y no digamos ya las economías más avanzadas,
con Italia en el 12,7%, Francia el 10,4% o Alemania el 5,1%.
Además, la tasa de desempleo española lleva por encima del 20% desde
el mes de abril del año 2010. Más de cuatro años. Y ello en un país en
el que las encuestas determinan claramente que los parados,
especialmente los mayores de 50 años y los jóvenes, encuentran serios
problemas para recolocarse. Y ello, además, en un país en el que la
prestación dura 24 meses en el mejor de los casos (seis años de
cotización sin cobertura previa durante ese periodo), y numerosos
desempleados agotan ese periodo sin que su búsqueda de trabajo tenga
fruto alguno.
Por último, los recortes del Gobierno del PP han empeorado aún más la
situación. Por un lado, la prestación ha sido recortada desde el
séptimo mes de percepción, y ahora solo se cobra el 50% de la base
reguladora (antes era el 60%). Por otro, el endurecimiento de requisitos
de acceso a las ayudas del Plan Prepara (400 o 450 euros durante seis
meses por desempleado de larga duración) ha motivado que el número de
beneficiarios se reduzca drásticamente.
Así, España ha llegado a una situación de emergencia. Un estudio de la Fundación 1 de Mayo elaborado a partir de la EPA ha concluido que nuestro país cuenta con casi cuatro millones de parados sin ningún tipo de prestación.
Una cifra sin parangón en el continente europeo que pone de relieve que
nuestro sistema de protección al desempleado se queda, por desgracia,
bastante corto. O al menos falla en su diseño, tal y como demuestra el
hecho de que solo 1,9 millones de parados cuenten ahora con algún tipo
de subsidio.
Una comparativa con Europa
Salvando todos esos obstáculos, el actual sistema de protección por desempleo en España se sitúa en la media europea (ver características).
Hay grandes diferencias entre países, pues los sistemas de la ‘vieja
Europa’ son mucho más generosos que los de los Estados miembro de
adhesión más reciente. España tampoco sale muy mal parada si comparamos
su sistema con el de los otros cuatro grandes países de la Unión
–Alemania, Reino Unido, Francia e Italia-. Eso sí, la “generosidad” del
sistema se reduce sustancialmente si incluimos en la comparación a los
países del Norte de Europa –Bélgica, Dinamarca, Finlandia o Suecia-, con
unas políticas económicas históricamente socialdemócratas.
En España, la prestación máxima es de 1.397 euros
anuales con dos hijos o más a cargo, aunque la cuantía se reduce a 1.087
euros sin hijos. Esas cifras se obtienen independientemente del salario
que hubiera percibido el trabajador con anterioridad. El mínimo se
sitúa en algo menos de 500 euros. Esos límites, curiosamente, están muy
poco por encima de los de Portugal, un país de renta per cápita
sustancialmente inferior a la española. Alemania, Finlandia, Bélgica y Francia cuentan
con prestaciones máximas muy superiores (pues se tiene en cuenta el
salario que se percibía en el último empleo), y por el contrario Italia y
Reino Unido ofrecen una remuneración bastante inferior.
Respecto a la duración de la prestación, también
cabría concluir que España se sitúa en la media. Los 24 meses máximos se
quedan por debajo de los que ofrece Bélgica, país en el que el la
prestación puede llegar a ser ilimitada en determinados supuestos; Alemania,
en la que los parados de larga duración pueden lograr una renta básica
de mantenimiento si se comprometen a buscar empleo activamente; u
Holanda, donde la prestación puede durar 38 meses. Francia, con 22 meses
de duración, cuenta con el sistema más parecido al español. Por debajo
de nuestro país se encuentran Portugal (18 meses como máximo), y Reino
Unido e Italia (menos de un año de duración), que se configuran como los
países con el sistema menos generoso.
Por último, y respecto a los criterios de acceso,
España y sus vecinos europeos cuentan con unas reglas bastante
similares. En nuestro país es posible acceder a la prestación si se han
cotizado cuatro meses. En Francia son seis. Y en el resto de países de
la Unión el baremo se sitúa también en torno a esas cifras.
Donde España está fallando especialmente, tal y como mencionábamos antes, es en la cobertura del parado de larga duración.
Una mayoría de los grandes países europeos cuentan con una tupida malla
de ayudas sociales que, bien por vivienda, bien por hijos a cargo o
bien por situación de desamparo, cubren al desempleado durante un largo
periodo de tiempo o de forma indefinida. Así sucede en Alemania,
Bélgica, Reino Unido (y ello pese a que su sistema de prestación por
desempleo es de los menos generosos), Finlandia, Holanda y Francia. En
este último país, con el sistema de prestaciones más parecido al
español, existen dos tipos de ayudas, la ASS y la RSA. Con ellas, el
beneficiario obtiene en torno 470 euros al mes incluso de forma
indefinida bajo determinados supuestos.
Nuestro país, sin embargo, apenas cuenta con el Plan Prepara,
que dura seis meses y solo se puede obtener una vez. Este, además, será
eliminado por el Ejecutivo cuando la tasa de paro sea inferior al 20%.
Teniendo en cuenta que ese 20% equivaldrá a más de 4 millones de
parados, es bastante posible que el número de personas sin prestación
alguna siga siendo más elevado en España que en cualquier otro país de
la Unión Europea. Y así durante unos cuantos años, pues ni siquiera el
optimista Gobierno apuesta por una reducción del paro por debajo del 20%
antes del año 2017.
Fuente: www.cuartopoder.es
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